Despertó algo en ella. No supo exactamente qué era, pero le fascinaba. Era lunes y el Sol, jugando al escondite, se ocultaba tras las espesas nubes. El cielo de gris ceniza avisaba que pronto la lluvia caería sobre la ciudad. Presintió que iba a ser un mal día, como todos. Estaba cansada de todo y de todos, el frío invierno habría helado su corazón. Y en ese momento, lo vio.
La miró Tenía unos ojos preciosos. Una selva virgen paralizó sus pensamientos, dio luz por un instante a su vida. Contenían un mundo en su interior y se sentía arropada en su mirada, como si la estuviera abrazando y susurrándola al oído palabras de apoyo. Los problemas la abandonaron, las letras de las canciones volaron; se esfumó. Se abandonó a él.

1 comentarios:
Si es que muchas veces dejamos pasar grandes oportunidades de nuestra vida por no tener un poquito más de valor.
Un beso :))
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