Vejez y tiempo


Aunque no nos demos cuenta o no queramos, el tiempo pasa. Es mirarnos un día en el espejo y ver arrugas y canas que antes no estaban. Y de igual manera que el metal se oxida, nosotros y nuestros sentimientos también.
Nos haces mayores, envejecemos. Unas personas se angustias, se tiran de los pelos y tienen crisis. Las llamadas crisis de los 30, 40, 50 , 60... Otras personas se conforman y siguen viviendo ajustándose a las condiciones. Deciden buscar nuevos sueños, nuevas aventuras ilusiones. Unas deciden estudiar, viajar por el mundo, ayudar a los demás. Ya no es trabajar por ser alguien en la vida, es trabajar siendo yo. Porque ya puedes permitirte el lujo de mirar por ti y hacer lo que te agrada, descansar viviendo, es decir, vivir. Te conviertes en una persona sabia, con experiencia que puede gritar que ha vivido, que sabe que es la vida.
Como dice Alberto Boadella "En un artista no es paradójico que la madurez reavive la violencia. Si repasáramos la vida de escritores, músicos, etcétera, veríamos que en su vejez se han vuelto más radicales y feroces".
Te vuelves más feroz, quieres comerte el mundo antes que él te coma a ti. Tienes una hambre feroz de vivir, porque sabes que te estás oxidando, que quizás el tiempo te sucumba. Pero nunca te rindes.

Quizás, a mis 17 años de vida, sea normal que no tenga miedo a la vejez. Porque aún me queda mucha vida por delante, porque aún tengo la "L" en esta carretera de la vida.

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