No existen príncipes ni princesas, ni azules ni blancos, ni chicas adormiladas esperando un beso de amor o ranas que se convertirán en príncipes. Sólo existimos nosotros, con nuestras virtudes y defectos, que nos convierten en seres auténticamente especiales.
Me gusta ser imperfecta. Me gusta tener manías. Me gusta no seguir la normal general. Me gusta no ser perfecta. Me gusta sorprender. Me gusta ser desordenada. Me gusta ser perezosa. Me gusta tener mis propias ideales.
Porque no puede existir la perfección. Porque la perfección supone copias, todos seríamos iguales. Solamente hay una perfección que al final, se convertiría en imperfección. La perfecta imperfección. Vivamos aceptando nuestros defectos, vivamos sabiendo que no podemos ser perfectos, vivamos con afán de superación pero sabiendo nuestros límites. Vivamos, sin más, la vida.
Imperfección
Publicado por Trycia en 13:56
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