Regálame tu risa

Nos olvidamos, nos abandonamos. No sé cuando fue exactamente ese momento cuando nuestros mundos se separaron. Algo se apagó. Hoy me llamas para tomar un café. Estoy nerviosa porque sé que me dirás. Sé que mirarás al suelo y lo dirás rápido. Estoy andando hasta donde hemos quedado. No quiero llegar nunca. Porque podría haber luchado por lo nuestro. Porque dejé pasar el tiempo y no te presté atención. Porque fui egoísta y ahora sé lo que he perdido. ¿Cómo voy a poder vivir ahora sin ti?

No puedo seguir. Las lágrimas empañan mi camino. Me siento en un banco. Sigo queriéndote. ¿Sabes?, siento muchísimo todo lo que he hecho. Me odio a mí misma por ser tan cobarde. Y la verdad es que siempre he sido así. Nunca he luchado por nada, la vida me ha brindado las oportunidades. Cuando lo conocí a él, todo empezó a tener sentido. Me mimaba y me acomodé. Unas veces me comportaba de una manera  y otras, de otra. Pasaba de estar feliz a triste en un instante, pero él me estabilizaba con un beso. ¿Ahora quién va ayudarme a seguir? Porque a pesar de todo, sigo siendo un poco niña. No sé ir sola, me da miedo equivocarme y no saber que hacer. Necesito a alguien que me de la mano, que me susurre al oído que esté conmigo.

Alguien me tocap or detrás. No puedo levantarte la cabeza. No quiero que me veas llorar otra vez. Pero tú ya lo sabes. Me conoces bien, quizás hasta mejor que yo. Te sientas y me escuchas sollozar. No haces nada. Te has cansado de mí, ¿verdad? Sé que no debería, pero ahora mismo te odio. Te odio por ser tan importante para mí. ¡Quiéreme, por favor! ¡Abrázame! Una vez más por favor, necesito tu contacto.

-Claudia... no podemos seguir así.

Silencio. No quiero hablar.

-No vas a hablar, ¿no?

Exacto. Me estás haciendo daño. No sigas por favor, no digas más.

-Esa actitud es precisamente lo que no me gusta. Clauda ya no somos niños y esto no es un juego. No puedo seguir llevando el peso de esto. Te quiero pero ya no puedo seguir más. A veces pareces que me amas y otras que me odias. Cuando estás bien todo es bonito, pero sino, nos peleamos. Yo quiero a alguien que me quiera siempre y no cambie cada dos por tres.

Te miro y mis labios tiemblan. Esto no tiene que estar pasando, no puede ser... Yo también lo he pasado mal, he sufrido y no por tonterías.

-Pablo-susurro-yo te quiero.
-Clauda... lo siento, necesito tiempo.
-No... Pablo no me hagas esto.
-Claudia tienes todo lo quieras. Eres guapa e inteligente. Pero tienes que madurar. En una relación las dos personas tienen que aportar algo.

Ya no puedo más. Te odio. ¿Por qué tienes que ser así? Sabes que me haces daño, que no puedo parar de llorar y tú sigues. ¿Quieres acabar conmigo? Pues lo estás consiguiendo. Espero que te vaya bien con la otra. Y ese fue el momento en el que comprendí que hay que guardar bien los sentimientos. Alguien puede tirártelos al suelo.

-Espero que te vaya bien-espeto.
-¿Ves? ¡Es eso es lo que odio de ti!  Ojalá algún día lo entiendas...

0 comentarios: