lunes,18de

Queridos Watson y Crick

No os pudisteis quedar quietos, ¿no?  Ni Oswald, ni Meselson, ni Monod, Griffith, ni MacCarty...
Tanto ADN y aún sigo sin comprender como puedo amarlo, obsesionarme, por qué existe la afinidad entre las personas y como pueden existir personas irretenibles. Queridos Watson y Crick, habéis descubierto el origen de la vida, pero no habéis descubierto qué es lo que produce su magia.

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